martes, 14 de diciembre de 2010

CHISPORROTEO

SeptuagenarioNo me siento involucrado en ninguna cuestión dogmática; ergo, puedo opinar con libertad, sin pasionismo ni temores ultragalácticos. En más de dos décadas en la enseñanza media de gestión pública y jamás supe de un adolescente que pidiese que algún sacerdote viniese a explicarle el misterioro dogma de la Inmaculada Concepción. Desde la ley de enseñanza laica, universal pública y gratuita, la 1420, (siglo XiX) está vigente la opción para los creyentes de cualquier signo que fueren. Es un principio democrático y de reconocimiento a los derechos fundamentales del hombre. Invitaría al grupúsculo que virulentamente clama por su derogación que estudien en sus justos términos las cláusulas republicanas de la Constitución Nacional y la provincial de 1987, la ley de Educación nacional y la Ley de Educación provincial actualmente vigente. Reconozcámosle al otro, los mismos derechos que reclamamos para nosotros. Lo contrario es totalitarismo y alienación. Que la norma a sancionar es perfectible, y sí, lo es. Entonces, en las elecciones del año próximo postúlense como legisladores, convenzan a la mayoría de los votantes y consigan un número de representantes que les permita tener una ley a gusto de sus apetencias. Ese es el sistema.

Cristian Madriaga Que equivocado q estas septuagenario.. ESE no es el sistema democratico, para lograr tener legisladores, tenes q tener un aparato politico mediatico que cuesta varios millones de pesos.. EL sistema democratico seria ideal si los gobernantes gobiernan en funcion de las necesidades de la gente y no de la necesidad de la iglesia y las empresas privadas.. Es patetico sinceramente lo que postulas


septuagenarioMartes 14 de Diciembre, 09:57
Estimo correcta la contraposición de enseñanza laica/enseñanza atea. Ésta es tan discriminatoria como la enseñanza dogmática de cualquier signo que fuere. Para quien me tildó de patético le diré que aconstumbro discutir argumentos y no descalificar personas, pues eso significa, precisamente, no tener argumentos. Además patético, según la RAE y no la Chiqui Legrand significa: "Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiendole afectos vehementes..." Gracias, a pesar suyo, por el cumplido.

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